Interesante palabra. "Variedades", quiero decir. Nos despierta la idea, inmediatamente, de algún tipo de entretenimiento. Bueno, por lo menos a los de mi edad. Tengo canas y ya se me ha muerto algún amigo y colega. No quiero decir que estoy viejo... No, no lo estoy.

Pero me ataca en estos tiempos un sentimiento que yo le asignaba a los viejos. Se llama nostalgia. No creo que sea justo decir que fui más feliz en otras épocas, y que ahora no lo soy. No. Esto tampoco es cierto. Es la explicación que le dan a la nostalgia. A uno se le van terminando las cosas —esto dicen—, supongo que las cosas felices, los disfrutes, y añora lo que vivió en otras épocas.

Confieso que no sé si será así en mi caso. Uno no puede ser su propio sujeto de estudio.

Pero veamos qué tiene esto que ver con el mensaje Editorial de una revista como la nuestra. Mi "ataque" de nostalgia de hoy lo tuve cuando recopilaba las efemérides del día. Decía, entre tantos recuerdos de guerras y catástrofes, que hoy, pero en el año 1964, llegó a los primeros puestos el tema de los Beatles "I Want to Hold Your Hand" ("Quiero tener tu mano"). Yo tenía 12 años, y me faltaba poco para cumplir 13. El primer tema musical que tocó mis neuronas y produjo algo allí fue un tema de los Beatles. No es que haya sido un fanático, porque siempre tuve gustos eclécticos: me gustaban también los Rolling... casi un pecado en esa época. O eras de uno o eras del otro.

Bueno, recordé la música y los oí en mi cabeza... y se me erizó la piel. Ya saben, se siente un nudo en la garganta. Nostalgia.

Y me doy cuenta de que estas últimas semanas, no sé desde cuánto tiempo, y a causa de una búsqueda de información para un Zapping, estuve recopilando en mi máquina una cantidad de tapas digitalizadas de viejas revistas; tan viejas como 1930, en algunos casos. Revistas de Ciencia Ficción y Fantasía, por supuesto, revistas que se parecen mucho, estéticamente, a nuestra Más Allá.

Las guardé porque me producen una sensación especial... ¿Nostalgia? Como que las extraño...

Y sí. Tengo que confesar que —me parece— extraño mucho ese tipo de material, a pesar de que en esas tapas se vislumbran cosas que hoy serían intragables: sirenas, mujeres gigantes, diablos, gente reducida y metida en frascos, extraterrestres vestidos como gladiadores romanos, insectos y arácnidos gigantes, y muchos, muchos monstruos de ojos saltones.

Sí, ya sé. Lo que extraño es la sensación que me producía esa CF, lo que yo leía cuando encontraba una Nueva Dimensión o cuando me podía comprar un nuevo libro de Minotauro. Ya sé que no es la misma época, los cuentos y novelas de esas revistas de la Era del Pulp los leí en Más Allá que ya eran viejos cuando yo tenía veintipico, en antologías gordas como diccionarios y en olorosos libracos de tapa dura de Acervo. También en los Nebulae que encontraba por ahí, en librerías de viejo.

No era todo bueno, claro. Pero había mucho texto y gran parte de él me producía gran placer. Esos cuentos estaban repletos de ideas y de imágenes. Viajaba por esos mundos. Ansiaba más.

Hoy no me pasa. Casi tengo que hacer fuerza para leer los libros de CF que pasan por mis manos. No digo que sea la CF de ahora, posiblemente sea yo. Sin embargo, me parece que la CF de hoy, me refiero al material que viene de las tierras donde se imprimían esas If, Amazing Stories, Astouding Stories, Fantasy, Startling Stories, etc, está como plastificada.

A mí The Matrix, con toda su gimnasia, me parece una basura.

Amigos de otras generaciones: he arrojado una piedra, acepto pullas, discusiones, ensayos y opiniones del calibre que deseen enviarme. Creo que es un tema interesante para discutir.

Ah, sí, el título del Editorial... ¿qué tiene que ver? Bueno, pensaba escribir sobre varios temas, pero salió uno solo (siempre y cuando se acepten los Beatles y los cuentos de CF puestos en un mismo casillero).

Y sí, el casillero es mi mente. Al fin y al cabo, el Editorial lo escribo yo. Y no se me ocurre otra cosa...

Eduardo J. Carletti, 1 de febrero de 2004
ecarletti@axxon.com.ar