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8/Jul/03

Una investigadora argentina será Dama del Imperio Británico

Se trata de la doctora Julia Polak, una de las líderes en materia de medicina regenerativa.

(La Nación) Cuando la joven doctora Julia Polak llegó en 1967 a Gran Bretaña, desde la Argentina, junto con su marido y colega Daniel Catovsky, nunca hubiera imaginado que la entonces espigada y enérgica reina Isabel II la nombraría, un día, Dama del Imperio Británico, por los servicios prestados al desarrollo de la medicina en este país.

Treinta y seis años después, tras haber liderado el desarrollo de una técnica revolucionaria de regeneración de tejidos que en el futuro podría hacer pasar a la historia los trasplantes de órganos, la célebre investigadora del Imperial College londinense se sigue sorprendiendo con esa "loca" idea, aun cuando el 14 de junio último se transformó en realidad.

"Me enteré de un modo muy accidental, dado que la Corona había enviado la carta con la designación a una dirección incorrecta y, como yo no la respondí, me llamaron por teléfono. Cuando me lo dijeron, no les creí y corté la comunicación porque pensé que se trataba de una broma. Pero cuando me volvieron a llamar, otra vez no lo podía creer, y hasta pensé que me querían pedir dinero", confiesa, entre risas, mientras se prepara para la ceremonia de condecoración, que se realizará en noviembre.

Polak, graduada en la Universidad de Buenos Aires, comenta en una entrevista con La Nacion que se siente "mucho más que contenta" por recibir este título. "En casa ya terminamos el champagne de tanto festejar, así que vamos a tener que comprar más", bromea la prestigiosa académica, en su elegante oficina del moderno Hospital de Chelsea.

Sin embargo, el contagioso buen humor que luce en el rostro y en las palabras tiene sus raíces hundidas en la amarga experiencia de los primeros años de la década del noventa, cuando un severo cuadro de hipertensión pulmonar —la misma enfermedad que había estado investigando— la obligó a someterse a un doble trasplante de corazón y pulmones para salvar su vida.

Pero ella no se conformaría sólo con haber sobrevivido a una operación tan comprometida. Como buena docente, se tomó muy en serio aquello de que "para poder enseñar lo mejor es saber aprender" y, ya de vuelta en el laboratorio, comenzó a analizar en profundidad sus antiguos pulmones, que habían sido trasplantados de su cuerpo a un frío frasco de vidrio.

Sin inmutarse ante la extraña y privilegiada sensación de poder estudiar sus propios órganos vitales extirpados, Julia Polak dirigió desde entonces su carrera y su vida en pos de un objetivo altruista: lograr que en el futuro nadie deba sufrir la "pesadilla" que había padecido.

Alentada por el deseo de superar la técnica del trasplante de órganos y las angustiosas esperas producidas por la frecuente falta de donantes, la médica argentina comenzó a buscar la cura de los órganos enfermos de los pacientes dentro de sus propios cuerpos.

Así, junto con su colega Larry Hench fundó, en 1999, el Centro de Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa, donde al frente de su equipo de investigadores logró importantes avances en el reemplazo de células enfermas por células sanas extraídas de un mismo cuerpo afectado.

La medicina regenerativa o ingeniería de tejidos es una disciplina que procura reemplazar las células de los órganos afectados por células nuevas. Estas células sanas, que son extraídas del mismo cuerpo del paciente afectado, son cultivadas y vigiladas en laboratorio hasta que, a través de la estimulación, consigan imitar las estructuras complejas y el comportamiento fisiológico de los tejidos naturales.

Los nuevos tejidos "de repuesto" pueden ser suministrados tanto a través de una inyección como a través del implante parcial o total de un órgano "curado". El centro dirigido por Julia Polak ha empleado esta técnica exitosamente en ratones con problemas pulmonares y podría ser aplicado en humanos dentro de cinco años, de acuerdo con los plazos legales vigentes en el Reino Unido.

Hoy, a los 63 años, la investigadora no sólo dirige también una fundación que lleva su nombre, sino que además se ha dado el gusto de leer su propia vida en la novela Terapia intensiva, de la escritora Rosemary Friedman. Pero el interés que su historia ha despertado entre los británicos no termina allí: la novela también tendrá su versión teatral y será representada por primera vez en enero de 2004 en una sala del centro de Londres.

Feliz por poder recoger en vida algunos de los frutos de sus investigaciones, que ella siempre se esfuerza en aclarar que son "a largo plazo", Julia Polak reconoce tener aún una deuda por saldar. "Quiero de una buena vez dejar de ser conocida como la hermana de (el abogado) Federico Polak y que en cambio él comience a ser llamado el hermano de Julia", afirma, una vez más, con lo que mejor sabe trasplantar: su sonrisa.

Trascendencia

"Polak es una de esas personas que trascienden en varios aspectos —dijo el doctor Pablo Argibay, investigador del Hospital Italiano—. Dedica su vida al apoyo de la investigación en ingeniería de tejidos, es líder en una de las más prestigiosas instituciones científicas inglesas y además ella misma es la receptora de un trasplante cardiopulmonar desde hace siete años, lo que la hace una de las receptoras vivas más antiguas de este tipo de trasplante."