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04/jun/02
Una empresa se propone abrir "ventanas"
en tiempo real en todo el mundo. A menos que todos los integrantes de la firma
británica que lo ha anunciado estén totalmente chiflados, pronto será posible
caminar por las aceras de Nueva York y contemplar a un par de enamorados que se
besan sobre el Pont Neuf, en París.
Ventanas: Todo un mundo al alcance de
la mano
(Wired News) Imaginemos que estamos caminado a lo largo de la
ribera, con el paisaje urbano de Nueva York a nuestras espaldas. Si nos
detenemos en un "nodo turístico global interactivo" podremos
contemplar a una pareja que toma una copa frente a la Torre Eiffel o ver a dos
personas que se saludan frente la Opera de Sydney.
El proyecto Worldview,
emprendido a riesgo exclusivo de Pletts Haque
(una empresa de diseño arquitectónico interactivo de Gran Bretaña) se propone
abrir "ventanas" en tiempo real en todo el mundo. Reuniendo tres
conceptos ya aceptados, el de las cabinas fotográficas "puri-kura" de
Japón, las cámaras web y las instantáneas que tomamos en vacaciones, el
proyecto se propone levantar instalaciones en determinados lugares del mundo
utilizando como telón de fondo los edificios de las ciudades.
Ideado como centro de interés urbano, el dispositivo tendrá dos caras. Una
cara, a modo de "espejo", que tienta al público a intervenir
activamente como actor en el escenario urbano y una cara, a modo de
"ventana", que conecta en tiempo real con otras instalaciones de
Worldview ubicadas en otras ciudades.
El proyecto fue concebido por los arquitectos Josephine Pletts y Usman Haque,
quienes esperan fomentar con él un uso novedoso y entretenido de la
tecnología, además de conectar a toda la gente del mundo a través de ventanas
que los comunican con otras ciudades.
"Podría incluso permitir que gente común que vive en países distintos
pueda interactuar, quizá por primera vez en la historia comenta Haque. Tal
vez nos permita descubrir sin proponérnoslo vinculaciones interesantes entre
distintos modos de vida pública. A la luz de los sucesos producidos en los
últimos tiempos en el escenario global, esta conexión digital podría tener
una importancia adicional porque permitiría que los habitantes de un país
vieran a los de otro de un modo que no es el que presentan habitualmente los
medios masivos de comunicación."
Cada uno de los dispositivos de Worldview tendría en su interior dos
computadoras: una para controlar las funciones de la faz del espejo y la otra
para controlar la faz de la ventana. En la faz del espejo, los transeúntes se
verían reflejados teniendo como fondo el paisaje urbano. Podrían registrar las
imágenes correspondientes generando al instante tarjetas postales y videoclips
recuperables después a través del sitio web de Worldview.
En el lado de la ventana, los transeúntes podrían contemplar paisajes urbanos
con personas del lugar (que a su vez están mirando otras ciudades) o turistas
(que están enviando imágenes a su país natal). La intención es despertar un
sentimiento de simpatía y curiosidad acerca de la comunidad global porque la
gente se vería interactuando con un mismo dispositivo de manera similar en un
sentido, pero distinta según cada cultura.
"Es una nueva vía para vincular espacios integrando una forma urbana y
para penetrar en la vida pública de otras culturas agrega Haque. Tiene
puntos de contacto con la Global Interactive Video Column (Columna global de
video interactivo) de All Tomorrow's Parties, la novela de William Gibson: no se
trata de un mero teléfono con video."
Pletts dice que, al hacer hincapié en la interacción entre los seres humanos,
los dispositivos Worldview fomentan el análisis crítico del impacto de la
tecnología, los viajes y el turismo, tanto en los espacios públicos como en
las culturas transglobalizadas.
"Es un instrumento para explorar las jerarquías propias de los espacios
sociales y la comunicación, desde lo más íntimo y personal hasta lo público,
urbano y global- e inclina a compartir las experiencias personales", sigue
diciendo.
El año pasado se construyó en Italia un prototipo del dispositivo Worldview,
con fondos del Interaction Design Institute Ivrea. Se proyecta colocar un
dispositivo similar en Nueva York y otro en Lahore, Pakistán, pero el objetivo
a largo plazo es instalar un equipo en cada una de las ciudades más importantes
del mundo. El proyecto es sólo uno de la lista de Pletts Haque, empresa que
utiliza la tecnología convencional de manera no convencional para indagar en el
modo en que la gente se relaciona con el espacio circundante y con otras
personas.
Uno de los proyectos, conocido con el nombre genérico de "poesía
eléctrica", ya está funcionando y puede verse en las estaciones del
subterráneo de Londres. Utilizando una interfaz con base en la web que estará
online más adelante en este año, los visitantes pueden crear poemas en una
página virtual, los cuales se presentan luego a un sitio web donde son
publicados. Con el tiempo, los poemas se proyectarán sobre paredes lisas de
edificios o en otras superficies disponibles en la ciudad.
Otro de los proyectos, denominado Sky Ear (Oído celeste), se inspira en parte
en los cazadores de sonidos, gente que viaja a regiones remotas del globo para
escuchar los sonidos que generan los campos electromagnéticos terrestres. Se
trata de una nube flotante que recibe la radiación electromagnética del cielo.
El Oído celeste, que explora el ámbito invisible de las ondas
electromagnéticas, es una estructura suspendida en el aire constituida por
cientos de globos de helio equipados con sensores que comenzará a funcionar en
los cielos de Inglaterra oriental a fines de agosto. Los que visiten la
exposición y los que la estén mirando simultáneamente a través de las
cámaras web podrán establecer una comunicación telefónica directa con la
estructura (que contiene teléfonos celulares) para crear perturbaciones
atmosféricas en la nube y escuchar los sonidos del cielo.
Cuando se le preguntó qué la movía a emprender una instalación como el Oído
celeste, la empresa Pletts respondió: "A menudo nos preocupan los efectos
de los campos electromagnéticos sobre nuestro cuerpo. En los últimos tiempos,
el daño que podían provocar los teléfonos móviles y otras microondas a
nuestro cerebro y nuestro cuerpo generó gran preocupación. Con este
dispositivo tratamos de mostrar la omnipresencia de las ondas electromagnéticas
a nuestro alrededor y también intentamos usarlas con fines constructivos."
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