Correo 187


Julio de 2008


Eduardo:

He leído tu Editorial de Junio. Me preocupa la realidad que pintas... pero más me preocupa el impacto que tiene en tu ánimo.

Una primera respuesta que se me ocurre es que en tiempos de la Dictadura no había mención alguna a los campos de concentración ni a noticia conflictiva alguna, salvo para hacer una editorial apologética de los gobernantes o condenatoria de la "campaña antiargentina".

Del mismo modo que, durante el III Reich, ningún diario alemán hacía mención alguna a Dachau y otros lugares similares.

Aunque sean duros los contenidos de los noticieros, yo prefiero esta información fluida al silencio que oculta los horrores que siempre pasan. Incluso Indymedia, una red paralela de informaciones, te tiene al tanto de cosas que los demás servicios informativos callan, pese a la ausencia de Dictadura.

Por supuesto que muchas noticias duelen, no sólo por sí mismas, sino por lo que implican en perspectiva. Compartimos ese sentimiento ante situaciones que nos superan.

En «Peregrinación: El Libro del Pueblo»de Zenna Henderson, una de las historias tiene como protagonistas a una parejita de hermanos, hijos ambos de una mujer del Pueblo... y de un humano. El muchacho ha heredado algunos Dones, como la capacidad de volar y de manejar las fuerzas de la luz; pero la muchacha es una sensitiva que no ha aprendido a manejar su Don.

Para el Pueblo inventado por Zenna Henderson, los sensitivos son auxiliares de los médicos o sus equivalentes. Entran en la mente del enfermo, perciben sus sensaciones y orientan a aquellos que los curarán.

Esta muchacha se ve obligada a aislarse, porque sufre de los mismos dolores que aquellos que los rodean y no puede filtrarlos adecuadamente para que no la afecten en lo personal. Incluso con el tiempo no sólo los padecimientos físicos, sino también los morales hacen mella en su alma.

Así, con su hermano, peregrina por el desierto hasta que por fin entran en contacto con otros sobrevivientes del Pueblo y éstos le enseñan a la muchacha cómo frenar las sensaciones propias, avanzar en las sensaciones del enfermo y orientar su cura.

Mucha gente, demasiada quizá, prefiere no entrar en contacto con la realidad. Se aísla como esta muchacha, pero no yendo al desierto lejos de todo contacto humano, sino embebiéndose de anestésicos sociales como «Bailando por un Sueño» y otras bajezas mediáticas.

Por supuesto que eso no sólo no es solución, sino que es intrínsecamente inmoral.

No somos nosotros del Pueblo, pero como tenemos sensibilidad, quizá algo podamos hacer.

Dices que una de tus fuentes de angustia es la pregunta que te haces: "¿Qué puedo hacer para remediar esto?" y la respuesta que te das a ti mismo: "Nada, porque arreglarlo está fuera de mi alcance".

Sin quitarle presencia a esa pregunta y su respuesta, podría agregar otra: "¿Qué hice yo para que eso sucediera?" y la respuesta lógica es: "Nada, porque nunca estuve en las decisiones que llevaron a este estado de cosas".

Así las cosas, plantearte tu real grado de responsabilidad en estos horrores no te quita la empatía moral hacia quienes sufren estos males, pero te libera de una culpa que no mereces.

Cada tanto (supongo que te pasará lo mismo) recibo una circular por Internet. No siempre es la misma, pero la esencia es común a todas.

Siempre es un niño o una niña que está en un estado crítico por una enfermedad o por un accidente. Por lo general, esas comunicaciones vienen con una foto de la víctima que es bastante impresionante.

Ese bebé (pocos son mayores de 4 años) necesita un tratamiento para continuar con vida o para tener una vida normal. El mismo es demasiado caro y los padres ya no tienen dinero; entonces solicitan que cada uno que reciba el mensaje, lo reenvíe a cuantos corresponsales pueda. La compañía pondrá una "x" cantidad de dinero por cada envío, en una cuenta bancaria que sufragará el tratamiento.

Una vez recibí el mismo mensaje, con la misma foto y el mismo texto, dos veces... con aproximadamente un año de diferencia cada una. ¿No era que el pobrecito se estaba muriendo? Y si se salvó... ¿Sufrió otra vez de lo mismo?
Termino comprendiendo que es un recurso de la empresa para incrementar la circulación y, por ende, sus ingresos.

Canalladas como ésta te obligan a blindarte el corazón.

Aún se tratase de casos reales (podría haber alguno), mi actitud también es de rechazo. Si van a hacer un acto humanitario, no me pongan como pretexto para evitar el lucro cesante. Metan sus manos en sus bolsillos y pongan el dinero que el desamparado necesita. Si tienen una empresa de Internet, seguro no viven bajo un puente.

Y si necesitan dinero, que difundan un número de cuenta del Banco Nación o de algún banco serio para hacer donaciones.

Demás está decir que cada correo de ese tipo que me llega lo mando a la papelera, como mando todas las invitaciones del Banco de Burkina Faso para que me haga cargo de una cuenta paralizada o el premio que he ganado sin jugar de la Lotería Británica. ¿Habrá caído algún gil con esas gansadas?

Pero volvamos a lo que motivó esta carta. Creo que nuestro camino, salvando las diferencias, está en lograr lo que logró esta muchacha mestiza de humano y extraterrestre: Se blindó contra los sentimientos negativos de los otros, pero no para negarlos, sino para que no la afectasen y así pudiese llegar conscientemente a la raíz de los males y facilitar la cura.

¿Más claro?

Ahora bien: No tenemos los poderes de esta muchacha. No tenemos ninguno... a corto plazo.

Hemos llegado tarde al mundo, pero los que llegaron más temprano ya se fueron o están cansados entre bambalinas. Podemos, tras un tiempo prudencial de partiquinos, gestionar no sólo un mejor papel, sino un cambio en el rumbo de la Obra... ya que estamos hablando de una Creación Colectiva.

Por supuesto, primero deben mejorar nuestros papeles para que la obra mejore. No sólo esto ocurrirá después, sino que ocurrirá más lentamente, cuando quizá nosotros seamos los salidos de escena o los cansados entre bambalinas, pero hayamos gestado una generación nueva y entusiasmada con el horizonte diseñado.

Habrá cosas que no tienen remedio, habrá males imposibles de subsanar... pero podemos al menos sembrar la idea de que no tiene por qué seguir sucediendo lo mismo hasta el infinito; que en algún momento es posible comenzar a girar la rueda del timón y encontrar mejores paisajes.

Dirás que aquello que haces desde Axxon es como una gota de agua limpia en un mar de lodo. Esa imagen también la usó la Madre Teresa. Dijo que su obra era una gota en el mar... pero que el mar no sería lo mismo sin esa gota.

¿Acaso no fue la Ciencia Ficción Norteamericana (o la literatura popular norteamericana con elementos de Ciencia Ficción) la que alertó sobre los peligros del Maccarthismo, la que habló de cosas que otros no podían hablar, como en «La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos»?

¿Acaso Herbert George Wells no prefiguró el capitalismo hipertrofiado en sus marcianos de «La Guerra de los Mundos», pura cabeza y manos, sin sexo (y sin sentimientos), que sólo podían alimentarse chupando la sangre de humanoides?
¿Y no fue el mismo Wells el que, en «La Isla del Doctor Moreau», describió lo monstruoso de la moral victoriana, que ahogaba la naturaleza en el hombre hasta que, acabado el control impuesto, la misma volvía por sus fueros?

Por supuesto, no todos entienden ni internalizan esas metáforas. Las obras de Robert Heinlen, con una ironía demasiado sutil, fue interpretada demasiado en serio y más de uno lo catalogó como fascista.

No estás tan solo, no estamos tan solos.

No es tan inútil ni tan pequeño lo que haces, lo que hacemos.

Sabemos que no podremos cambiar al mundo si no cambiamos el corazón del hombre. Y ese cambio no es nada sencillo de hacer.

Una disertación filosófica sobre los males del mundo aburre a la mayoría, pocos la siguen y esos pocos, por ser pocos, poco poder tienen para hacer algo valioso.

Una historia interesa a muchos y, mientras siguen la historia, se van impregnando de los valores que rigen a los protagonistas con los cuales se identifican. Esos muchos asimilan esos valores y, cuando se enfrentan a los males de su mundo, tienen un parámetro que permite referenciarlos.

Axxones tu "Visi Sonor", el instrumento que usaba El Mulo, personaje de la «Trilogía de las Fundaciones» de Isaac Asimov. No es tan poderoso como el original, pero te permite llegar a más corazones humanos que si lo intentases personalmente.

Claro está que si nosotros, autores, pretendemos que nuestros personajes se rijan por nuestros parámetros éticos, debemos hacer que éstos enfrenten circunstancias contrarias desde una posición de poder; no un poder omnímodo, porque así no habría lucha, pero tampoco un poder ausente, porque allí sólo existe la impotencia.

Construir esas historias implica hacer de tripas corazón y mirar con ojos duros lo peor de la realidad. Para que sepamos cómo es realmente y de qué manera podemos o combatirla o debilitarla o debilitar sus efectos.

Creo que los únicos poderes que nos quedan, con los únicos que podemos comenzar a torcer los rumbos torcidos, son el Conocimiento y la Sabiduría.

Si no tenemos Conocimiento, no tendremos una idea clara de a qué nos enfrentamos, obraremos con prejuicio y tendremos la derrota segura.

Si no tenemos Sabiduría, no podremos usar adecuadamente el Conocimiento, por amplio y preciso que sea.

Cerrar los ojos sólo ha servido para perderse. Las excesivas lágrimas nos nublan la realidad hasta el extremo de no saber qué estamos viendo.

Sentidos abiertos y profundos... y que nuestros personajes ayuden a encontrar una salida.

Un abrazo.

Fernando José Cots

Axxón: Fernando, es tan complicada la realidad, tan subjetivo el análisis que se puede hacer cuando uno está inmerso en ella, cuando de ella depende comer, o poder curarse de una enfermedad, que es difícil opinar, aún cuando se esté convencido de tener las mayores certezas y los mejores conocimientos en la mente. Los años me han hecho ver que esta realidad no es un objeto que se pueda medir con un instrumento exacto. Los intereses sectoriales, personales, tuercen las agujas de un extremo al otro. Puede tener tantas pero tantas caras, tantas connotaciones, intereses, interpretaciones, que la verdad he renunciado a discutir. La Historia se escribe con todas estas tonalidades, pero nunca en blanco o negro... Excepto cuando se miente, como se hizo en otras épocas; pero por suerte ahora no es tan fácil mentir y quedar impune. En algún momento uno puede sentir que han triunfado las ideas que abraza, en otro se puede sentir derrotado por las causas más estúpidas. Se debe seguir luchando o se debe claudicar: creo que sabés de qué lado me ubico yo. Respecto a los resultados y consecuencias reales de lo que está pasando ahora mismo en la Historia, prefiero esperar. En estas épocas los acontecimientos se producen a gran velocidad, y se podrá debatir sobre una Era ya cerrada el año que viene, o dentro de cinco años, cuando los momentos de pasión se hayan alejado, y allí es cuando se verá lo que ha pasado, quienes enfocaban con más certeza y quienes tenían el cristal más opacado. Lo importante es que algunas personas escriban cosas como las que decís en tu carta, que otros las lean, y que alguno las responda. Un abrazo.

Hola Eduardo,

Aunque he llegado a controlar el vicio de Axxón, e ingreso de manera comedida (para tener oportunidad de hacer otras cosas, entre esas mis propias reseñas y secciones para Velero25), apenas calculo que se ha actualizado la visitó, hoy me ha sacudido tu editorial, he recibido un impacto (que espero sea duradero), con la garganta agarrotada y el corazón en un puño te escribo para decirte: hermano, para sentirme contigo en ese barco extraviado en la desembocadura de la historia en que parece haberse convertido la humanidad (la frase es de Alain Touraine) y para minimizar el dolor recordar que existe el "efecto mariposa" y que lo diminuto deviene en algo tan importante como lo colosal, siempre desde mi pimer mensaje te lo he comentado: Axxon y tu son enormes, porque así la pensaste y la ejecutaste, y porque esa es tu característica: generoso, solidario, creativo... si es hasta un orgullo participar como lector.

Desnudar el alma no hace daño, y no me averguenzo de sentir que eres un hermano que quizás nunca tendré el placer de estrechar en un abrazo, Argentina, Perú, Colombia y no sigo para no alargar ese listado de situaciones indignantes que nos acosan y no nos permiten plasmar creatividad, solidaridad, compartir, cocrecer, son terreno donde se despliegan tareas comunes, aunque menor para much@s la CF es una de las mismas, así que adelante, úsala como creas conveniente... y agrégale esta coda que le da sabor a la amistad que supiste despertar en cada uno de los lectores de Axxón, saludos fraternos y un fuerte abrazo,

Luís Antonio

Axxón: Muchas gracias, aunque sea una obviedad quiero decir aquí que mensajes así me hacen sentir muy reconfortado. Muchas gracias por incluir la palabra amistad.

Hola, Eduardo

Acabo de leer tu editorial del número 186, "Salir adelante".

¡Qué buen nombre elegiste! Te escribo a tu correo particular porque de verdad me emocionaron tus palabras, y no quiero iniciar una seguidilla de comentarios o réplicas o lo que sea.

Hay una historia fantástica al respecto, que se llama "Cielo e infierno"

Por si no la conoces, aquí va:

Trata de un oso panda que preguntó a todos a su alrededor sobre el cielo y el infierno, y nadie le pudo aclarar cómo eran esos lugares. Por lo tanto, decidió ir por sí mismo a saber la verdad, y partió en primer lugar al infierno.

Allí se encontró en un gran restaurante para pandas, donde todos los pandas tenían ante sí cuencos llenos de brotes de bambú, su platillo favorito y único. Pero tenían un problema: contaban para comer sólo con largas varillas, como las usadas para comer arroz. Tan largas eran, que no lograban agarrar ni un brote, y sólo conseguían ensartar las varillas en sus ojos o en los ojos de sus vecinos. Todos los pandas morían de hambre, deseperados y neuróticos, a pesar de estar rodeados de la comida más exquisita.

El panda visitante se fue, entonces, al cielo. Y se encontró con algo más extraño aún: el cielo era un restaurante idéntico al visto en el infierno, pero allí todos los pandas estaban felices.

Sus herramientas eran las mismas largas varillas, pero la diferencia era que, como no podían comer solos con ellas, cada uno alimentaba a un compañero. Y gracias a ello, todos disfrutaban y compartían.

Creo que tu editorial va en este sentido, y me emocionó tanto como la historia que acabo de relatarte.

Creo que cuando muchos de nosotros aprendamos esta lección, el mundo será un poquito mejor. Y me alegro de haberte conocido a través de Axxon, porque estás en este camino.

Espero poder seguir participando por mucho tiempo de esta comunidad, que tiene, como todas las agrupaciones humanas, de todo tipo de vibraciones, ying y yang. Y espero poder colaborar en darle un poco de lo bueno que hay en todos nosotros.

Un abrazo

Christian Lisboa

Axxón: Christian, realmente excelente la historia del panda. Muchísimas gracias por tus expresiones de aprecio.

Enviar las cartas a ecarletti@axxon.com.ar

Desde que abrimos la Lista Axxón se han anotado enormidad de personas, y por esto muchas opiniones que antes se intercambiaban por el Correo ahora se presentan y discuten día a día en la Lista. No me pareció razonable extraer textos de opinión de ella para ponerlos aquí, ya que son medios diferentes. Espero que alguno de los "Listeros" mande de vez en cuando una carta para este Correo. No sea que lo dejemos huérfano...