Página Axxón Axxón 176

AxxónCINE

Por Silvia Angiola


ESTÁN ENTRE NOSOTROS

Dirección:
Banjong Pisanthanakun, Parkpoom Wongpoom

País:
Tailandia

Año: 2004

Duración: 97 minutos

Género
Terror. suspenso

Intérpretes
Ananda Everingham, Natthaweeranuch Thongmee, Achita Sikamana

Guión
B. Pisanthanakun, P. Wongpoom, Sophon Sukdapisit

Producción
SirLaosson Dara, Yodphet Sudsawad

Estreno en cine
30 de noviembre de 2006


ESTÁN ENTRE NOSOTROS

En su camino de regreso a casa después de cenar con unos amigos, Tun (Ananda Everingham) y su novia Jane (Natthaweeranuch Thongmee) atropellan a una mujer que vaga por la ruta. Jane quiere bajarse del auto para auxiliarla pero Tun la convence de escapar. El joven es un fotógrafo profesional y después del accidente sus negativos se ven distorsionados por extrañas marcas y reflejos: al examinarlos con más detalle logra identificar el esbozo de una figura femenina. Convencida de que las imágenes que aparecen en las fotos están vinculadas con la persona que atropellaron, Jane obliga a su novio a volver al lugar donde se produjo la colisión, pero no encuentran señales de la mujer herida y ningún hospital cercano tiene registro de una víctima de accidente de tránsito esa noche. El editor de una revista de temas esotéricos les muestra una colección de fotos que ha reunido a través de los años en las que aparecen imágenes de "fantasmas", algunas ostensiblemente trucadas y otras capaces de desafiar cualquier explicación racional. Tun empieza a temer por su vida cuando, en el departamento de un amigo que se suicidó inesperadamente, encuentra una serie de fotografías con las mismas alteraciones que se ven en las suyas.

J-horror es el término acuñado por los fanáticos de culto angloparlantes para designar a los films de terror japoneses que empezaron a producirse a mediados de los años ´90 y que alcanzaron la categoría de fenómeno con el estreno de Ringu en 1998. Esta película fundacional creció hasta convertirse en una franquicia, originó secuelas, precuelas y remakes en Japón, EEUU y Corea, y transportó a su director, Hideo Nakata, hasta el corazón mismo de Hollywood. Ringu es la historia de un video maldito, creado por el espíritu de una extraña joven, Sadako, que produce la muerte de quien lo ve en el plazo de una semana.

El film de Nakata les reveló (o recordó) a los occidentales una forma distinta de provocar miedo: la insinuación, la ambigüedad, el triunfo del clima de la historia sobre la violencia y el derramamiento de sangre. E incorporó al imaginario de Occidente una figura típica de la cultura popular japonesa: el yūrei, el fantasma que retorna al mundo con el propósito de consumar una venganza.

Tradicionalmente el yūrei podía pertenecer a cualquier sexo pero, como en el Japón medieval las mujeres estaban más expuestas a morir en circunstancias infortunadas y violentas, los relatos clásicos de fantasmas mostraban una alta prevalencia de espíritus femeninos. A partir del siglo XVII, con la popularización del género de terror en los teatros kabuki y noh, el fantasma-mujer adquirió una estética distintiva que se mantiene hasta el día de hoy: el cabello negro largo y suelto, el kimono blanco con el que se enterraba a los difuntos, las manos inermes colgando a los costados del cuerpo, etc. Ya sea por la rápida difusión de los elementos de la cultura popular o por motivos puramente comerciales, países asiáticos con tradiciones e iconografías distintas adoptaron la imagen del yūrei para representar la súbita e indeseada presencia de la muerte en el ámbito cotidiano.

El horror cinematográfico ofrece un medio privilegiado para que los artistas puedan plasmar en imágenes las inquietudes que dominan a la sociedad en un momento determinado de su historia. Un tema de especial interés para los films de terror japoneses y sus sucedáneos es el peligro que yace bajo las promesas de las nuevas tecnologías. Valiéndose del motivo tradicional del espíritu que busca venganza, ciertas películas, como la misma Ringu, expresan la ansiedad que genera un mundo apático y desnaturalizado cuyos intercambios están mediados por una maquinaria omnipresente capaz de exponernos a las obsesiones del prójimo, más cercano y más anónimo que nunca. La tecnología derriba sin proponérselo las barreras que separan a los vivos de los muertos: para manifestarse en el mundo moderno lo arcano se sirve de lo ordinario, los objetos que todos utilizamos y que estimulan nuestra dependencia se convierten en algo extraño y amenazador.

En la apocalíptica y misteriosa Kairo (2001) —y en su remake norteamericana, Pulse (2006)— los fantasmas utilizan las computadoras para apoderarse del mundo de los vivos. Película de terror poco ortodoxa, Kairo es una reflexión sobre el aislamiento irremediable del individuo en un entorno hipertecnificado e hipercomunicado. Para su director y guionista, Kiyoshi Kurosawa, la muerte no es otra cosa que la soledad eterna que se va extendiendo por el mundo a través de Internet. Fantasmas de estilo yūrei que se benefician con el uso del teléfono celular aparecen en Phone (Byeong-ki Ahn, 2002) y One Missed Call (Takashi Miike, 2003).

Están entre Nosotros, primer largometraje de dos jóvenes realizadores tailandeses, Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom, ganó pantallas en todo el mundo y fue celebrada por el público en la mayoría de los festivales dedicados al género fantástico. La propuesta básica no es original y la imaginería del fantasma no difiere de la que exhiben sus antecesoras, pero Están entre Nosotros aventaja a otras películas asiáticas de terror gracias a una composición visual esmerada, un planteamiento lúcido y, sobre todo, un final verdaderamente escalofriante que habilita una nueva lectura de la narración. Un instrumento de registro que no puede cometer errores documenta la presencia del fantasma: sólo el revelado de las fotografías traduce que algo oscuro se coló en la vida de los protagonistas. Finalmente, presionar el obturador de una cámara también es un acto creativo: la imagen fotográfica no es una copia forzosa de la realidad sino el balance entre aquello que queremos destacar y aquello que queremos esconder.

El estreno de la remake norteamericana se anuncia para los primeros meses del año 2008.

                       
Página Axxón Axxón 176