Editorial - Axxón 168

Especiación
por Eduardo J. Carletti, director de Axxón


Hace poco, en alguno de los grupos en que participo, se estuvo discutiendo sobre la posibilidad de que en el futuro surja por evolución una nueva especie de humanos.

La teoría fue presentada a los medios el mes pasado.

A muchos de los que opinaron le parecía imposible, algo así como un error científico o de interpretación periodística.

Sin embargo, yo creo que podría pasar.

La creciente desigualdad y la forma en que manejan los más poderosos los conflictos generados por esta desigualdad llevan a un aislamiento y separación cada vez mayor. Los habitantes de los países que tienen buen status de vida cierran poco a poco sus fronteras, impiden la inmigración, salen cada vez menos al mundo y si lo hacen se mantienen alejados de todo contacto con los pobladores extranjeros.

¿Crecerá esta tendencia al aislamiento hasta hacerse total?

Las perspectivas socioeconómicas parecen responder que sí.

Si esto pasa, habrá poblaciones aisladas.

Una de las razones de que se produzca una evolución divergente —que es lo que diferencia a una población para convertirla en una nueva especie— es el aislamiento. Cuando se interrumpe por suficiente tiempo el intercambio de material genético, puede ocurrir...

Las diferencias de entorno, de alimentación, de cuidado de la salud, de la situación del medioambiente, producen presiones evolutivas diferentes.

Es muy posible que, con el debido tiempo, surja una nueva línea genética, otra especie o por lo menos una subespecie.

¿Quiénes serán miembros de la nueva especie, los de adentro o los de afuera?

Creo que sabemos qué es lo que instituirán los más ricos: ellos serán los humanos, los otros no.

¿Con qué leyes juzgarán los poderosos a los miembros de la nueva especie? ¿Tendrán —tendremos— derechos? ¿O pasará como en la prisión de Guantánamo, donde se trata a la gente como animales a los que no les cabe ninguna ley, excepto la del odio y la venganza?

El tema me parece más que interesante, ya que es plausible. Es, por cierto, uno de los temas de la ciencia ficción.

La especie humana, que se reconoce como una de las especies gregarias en este mundo, también tiene una tendencia cada vez mayor a la separación, individualismo, egoísmo y odio mutuo.

Incluso se ve esto en cada nivel de la comunidad: creo que no existe un área de la cultura humana que no se haya dividido en fragmentos cada vez más pequeños.

Porque no me gusta esto, me voy y me creo mi propia comunidad.

Así nos va, muchachos.

Piénselo.

Eduardo J. Carletti, 1 de noviembre de 2006
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