15/Oct/03 Logran embarazo con una técnica similar a la usada para crear a la oveja Dolly Los médicos de fertilidad, más cerca de la clonación. (Wall Street Journal, del 13/10/2003) En un experimento que plantea interrogantes sobre cuán cerca de la clonación humana están algunos especialistas en fertilidad, se espera que un equipo de científicos chinos y estadounidenses informen el martes que han creado los primeros embarazos humanos utilizando la misma tecnología de intercambio de ADN utilizada para crear a la oveja Dolly. Los embriones creados con este procedimiento no eran clones, ya que su material genético procedía de tres personas, en vez de clonar una sola fuente de ADN. Pero los investigadores dicen que estos son los primeros embriones creados utilizando una técnica de trasferencia nuclear. Los médico involucrados dijeron que los experimentos pretendían probar nuevos métodos para corregir casos de infertilidad difíciles de tratar. "Está cerca, muy cerca" de la clonación humana, dice Jose B. Cibelli, embriólogo de la Michigan State University que no participó en el experimento. Cibelli dice que trabajos similares en ratones en los años 80 prepararon directamente el terreno científico para la clonación de animales una década después. El experimento, prohibido prácticamente en los Estados Unidos desde 1998, se realizó en China. Precisamente, el Ministerio de Salud chino anunció el viernes amplias restricciones a la medicina reproductiva que prohíben específicamente el procedimiento de trasferencia nuclear. Uno de los miembros más experimentados del equipo que desarrolló el procedimiento es el director de la división de endocrinología reproductiva de New York University, James A. Grifo. Debido a dudas sobre la seguridad del experimento, los reguladores estadounidenses han advertido en dos ocasiones al doctor Grifo que no realice su práctica de trasferencia nuclear en los Estados Unidos, dijo el médico. Las pruebas en China no fueron tampoco aprobadas por NYU. Los científicos esperan resolver el mayor problema de la fertilidad: a partir de los 35 años, los óvulos de las mujeres empiezan a ser propensos a los errores genéticos. Esto puede evitar el embarazo o conducir a problemas congénitos como el síndrome de Down. Muchos expertos creen que el problema puede residir en el líquido rico en nutrientes que rodea el núcleo del óvulo, el denominado ooplasma. Los científicos de NYU creyeron ver una solución en la tecnología de trasferencia nuclear. La Dirección de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos dice que este tipo de procedimientos puede suponer riesgos desconocidos para el feto y la madre. Según Grifo, experimentos de laboratorio realizados con ratones mostraron previamente que la técnica era posible y que no había señal de anormalidades. El experimento del equipo fue descrito en un informe enviado a un encuentro científico en San Antonio, Texas. Todos los fetos murieron, uno de ellos a las 29 semanas, debido a complicaciones que los investigadores creen que podrían haberse evitado en los Estados Unidos. En su informe, los investigadores describen cómo intercambiaron el ADN de los óvulos fertilizados de una mujer china de 30 años en los óvulos vaciados de una donante a los que se les había extraído el núcleo. Aunque los cromosomas de los embriones tenían la mezcla habitual de los de su padre y su madre, también habrían heredado estructuras productoras de energía, conocidas como la mitocondria, del óvulo de la donante, que también portan instrucciones genéticas propias. Grifo dice que la mitocondria del óvulo donante provee un "mejor entorno" para el crecimiento del embrión, lo que puede ayudar a las mujeres estériles a quedar embarazadas y posiblemente evitar algunas enfermedades genéticas. Joe Massey, director de Reproductive Biology Associates, una clínica en Atlanta, dijo que el trabajo era "apasionante" porque podría ofrecer una solución a ciertos casos difíciles de infertilidad. Pero este experimento plantea serias cuestiones éticas. "Esto va a ser una bomba por todo tipo de razones", dice George Annas, un especialista en ética de Boston University. "Han concluido que esto va a funcionar, pero deberían haber concluido también que iba a ser un desastre". Grifo dijo que en los Estados Unidos era imposible seguir con la investigación debido a la "atmósfera de miedo". En 2000, Grifo y su compañero de la New York University John Zhang formaron una colaboración con el médico Guanglun Zhuang de la Universidad Médica Sun Yat-Sen para proceder con el trabajo en China. El proyecto pasaba por alto varias normativas chinas vigentes en aquel momento, incluyendo la prohibición de comercialización de óvulos humanos. Los óvulos se compraron al menos en una ocasión por US$1.000 a una trabajadora inmigrante en el sur de China. Bajo la dirección de Zhang, los óvulos de cinco mujeres fueron inyectados con el semen de sus parejas, formando un óvulo fertilizado o cigoto. Una vez fertilizados, los óvulos desarrollan dos núcleos, uno con el ADN de su padre y otro con el de su madre. Normalmente, éstos se fusionaran para dar lugar al germen de un bebé. En vez de esto, los investigadores extrajeron el núcleo del óvulo fertilizado y lo transplantaron al óvulo de otra mujer del que se había eliminado el material genético. Estos zigotos reconstruidos se hicieron crecer en el laboratorio y luego se transplantaron al útero de voluntarias. Los embriones se implantaron en cinco mujeres, de las que sólo una quedó embarazada con trillizos. Uno de los embriones fue eliminado para reducir riesgos. El embarazo progresó normalmente cuatro meses y las pruebas sanguíneas no reflejaron ninguna anormalidad. Al quinto mes, el líquido amniótico en torno a uno de los fetos se rompió, dando lugar a un parto prematuro de éste. El feto falleció por problemas respiratorios. Un mes después, la mujer desarrolló una infección "silenciosa", difícil de detectar por la ausencia de fiebre u otras señales, que hizo que fallase el cordón umbilical y el último de los fetos falleció de nuevo en un parto prematuro. |