Axxón 133 Página Axxón Página principal de la revista Correo

Editorial - Axxón 133

Hacer

La marcha, la acción, el avance, el cansancio del camino, el movimiento, son beneficiosos para la mente de los que luchan. Cuando uno se empieza a preguntar ¿qué estoy haciendo? ¿Para qué hago esto? ¿Qué saco de "romperme" así? ¿Es válida esta manera de hacerlo? ¿Vale la pena? ¿No estoy perdiendo el tiempo? ¿A alguien le importa? ¿Me sirve? ¿Me servirá?... ahí es cuando el peso de las cosas se nos cae encima y empezamos a respondernos negativamente a la mayoría de las inquietudes.
      La cuestión es que el mundo no es equitativo, ni justo, ni bondadoso... el mundo es. Y la cuestión es que no existe ningún mecanismo de equilibrio que ajuste cuentas, que si a uno lo han golpeado demasiado mañana le tocarán momentos mejores, o que si uno ha pasado privaciones un día podrá regocijarse y llenarse la panza porque... "todo llega en la vida".
      Las cosas pueden llegar o no. Y a los que no nos tocan los sorteos no nos queda otra que hacer todo lo que podamos. Suena simple, y hasta estúpido: hacer todo lo que se puede.
      ¿Qué otra cosa podríamos hacer?
      Si Juan de los Palotes, que vive a la vuelta de casa, se sacó la lotería, y en una décima del tiempo y esfuerzo tiene cien, mil, cien mil veces más que lo que hemos logrado nosotros en toda una vida, qué vamos a hacer, ¿bajar los brazos?, ¿abandonar todo y dedicarnos a jugar números hasta que nos toque a nosotros?
      La lotería le puede tocar igual al que juega una sola vez como al que juega cinco veces por día. Es azar.
      Poca gente comprende el azar.
      La creencia de "algún día me va a tocar" se basa en esa falta de entendimiento. Es como lo de tirar la moneda y esperar cincuenta caras en cien tiradas. Que sea lo más probable no quiere decir que así va a ser. Pueden salir cien cecas.
      Por esa razón creo que lo que tiene que hacer uno mientras espera la fortuna —sin ilusionarse en que va a llegar algún día— es, justamente, hacer. ¿Hacer qué? Hacer todo lo que se puede...
      Es lo inverso de hacer el menor esfuerzo posible. No me refiero a estupidez termodinámica. No tiene sentido hacer esfuerzo de más cuando uno transporta algo de un lado al otro, como por ejemplo llevarlo en mala posición, haciendo malabarismos o procurando la mayor incomodidad. No propongo que nos hagamos faquires.
      Ahora bien, si se puede hacer de más de una manera, por qué no hacerlo de la mejor manera posible.
      Me refiero a TODO. Hacer todo lo que uno hace de la mejor manera posible.
      En esta época lo que digo arriba, tan simple, se ha convertido en un sinónimo de estupidez. Y así vivimos.
      El tema está conectado con la CF. En la charla que di el viernes —como ven es reciente— surgió varias veces la cuestión de si sirve publicar en Internet. Si es un peldaño para que un escritor surja o si es inútil hacerlo.
      Yo respondo con una pregunta ¿y si no qué?
      Y agrego otra pregunta ¿Sirve ser editor y publicar el producto en Internet?
      Respondo otra vez: ¿Qué podemos hacer a cambio?
      Posiblemente nada, si no te ganaste la lotería...
      La respuesta es válida para nosotros, en Argentina. Seguramente se puede extender a otros países.
      Puede parecer un síndrome de congelamiento o de incapacidad, pero la realidad es que, si hablamos de publicar CF, es hacer lo mejor que se puede.
      Yo creo que si hacemos esto, que es lo mejor que se puede, y una vez comenzado a hacerlo hacemos CADA COSA lo mejor que se puede, podremos salir adelante, podremos obtener beneficio y podremos encontrarnos algún día con algún tipo de premio.
      No me voy a cansar de decirlo.
      Ahora si escribimos un algoritmo para ver si nos conviene, no creo que nos dé. Si hubiese de verdad una forma fácil, o una forma conveniente, ya se estaría haciendo.
      No se hace porque no es fácil y no es conveniente.
      Es decir, de acuerdo a las leyes de la termodinámica y a las leyes de la economía, pues bien, está claro... que desaparezca la CF que queremos hacer.
      Algunos dicen "no puede desaparecer, porque no existe". Lo dicen los que decidieron no hacer nada. Y ahí están, odiando lo mínimo que puede obtener aquel que algo hace.
      Ese "no existe" se refiere en realidad a "no existe como negocio", "no existe como mercado", o "no existe como método para levantar mujeres" (aquí puse esto para darle un poco de humor, digamos que se puede reemplazar por "no existe como método para ganar prestigio").
      Bueno, matémonos todos, ¿no?
      O si no, hagamos algo.
      Publicar con regularidad, por ejemplo, corregir todo, por ejemplo; tapar con el triple de esfuerzo todos los agujeros, por ejemplo, para que no se note la pobreza; estudiar y mejorarse, no dormir, ser uno mismo el jefe que nos persigue con los plazos y JAMÁS tener indulgencia... Qué sé yo. Cada uno haga lo que quiera, pero haga.
      Desde que la vi, me pareció impresionante esa publicidad de TV que hicieron una vez con chicos que decían lo que querían ser de grandes, donde una nena dice, porque así le salió, "Lo importante es que hagamos algo, ¿no?".
      Las grandes verdades son así: surgen solas. Lo mismo vienen de la mano de una nena de cinco años como de un anciano que gracias a lo que le ha tocado sufrir sabe lo que dice.
      Claro que pocas veces escuchamos a los ancianos y a los niños.
      Así nos va en este mundo.

Eduardo J. Carletti, 1 de diciembre de 2003
ecarletti@axxon.com.ar


Axxón 133 Página Axxón Axxón 133 Correo