Aclaración previa Página Axxón Axxón 120

Editorial - Axxón 120

¡Llegamos al 120! ¡Hay importantes novedades! ¡Carletti no está!
(Y cuando el gato no está, los ratones aprovechan para escribir el editorial.)

(Ése que avanza sobre el escenario es Alejandro Alonso. Se lo ve nervioso. Tropieza, se levanta, sonríe a la audiencia. Llega hasta el micrófono. Carraspea, se atraganta, tose, se pone colorado. Le alcanzan un vaso de agua. El discurso cayó al piso, las hojas se mezclaron. No las levanta. Improvisa...)

Con la venia de maese Vázquez voy a prologar su editorial para compartir con ustedes unas pocas ideas que me asaltaron con relación a este número muy especial, y también para hacer un anuncio. Porque, contra viento y marea (y gracias al tesón y al sacrificio de Eduardo Carletti, en estos momentos de viaje por cuestiones personales y por lo tanto ausente de la inauguración de este número)... Decía: contra viento y marea llegamos al número 120. Es un número histórico y merece un editorial especial que, en ausencia del creador, director y alma máter de Axxón, encaramos Daniel Vázquez y yo.
      Allá por septiembre de 1994, con la llegada de Axxón 60 en su formato ejecutable-multimedia, los responsables de las secciones de la revista (Carlos Ferro, Andrés Urtubey, Fabián Labeau, Martín Brunás, Mónica Torres, Rodolfo Contín, Daniel Vázquez y yo, entre otros) cometimos una picardía: inventamos una suerte de épica en tono de broma, donde los Hombrecitos Verdes de Alfa Centauri invadían la Garrafa Virtual (la sección de comics, cine, dibujos animados y afines) y raptaban al director de la revista (Eduardo, off course). Esto sucedía en el Axxón 58 y el rescate se daba en Axxón 60, en coincidencia con el cumpleaños de la revista. Era la "época de oro" de las secciones. El mensaje (inconsciente en ese momento, pero ahora evidente) era que las secciones "salvaban el día". Eduardo había abierto la revista a los colaboradores y éstos se despachaban con mucho contenido, a fin de sumar más brillo (si esto era posible) a la ya prestigiosa publicación electrónica. La torta de cumpleaños de ese año, cuando Gladys (esposa de Eduardo) la presentó en aquel salón espectacular a la vuelta del Café Tortoni, mostraba cuatro cabezas, en representación de las distintas secciones de la revista.
      Sesenta números después, por motivos distintos, los colaboradores vuelven a tomar la revista cuan Hombrecitos Verdes de Alfa Centauri. Esta vez es sólo con el propósito de mantener la continuidad de la página web y la revista mientras Eduardo no está. Y así como en aquel número 60 se anunciaba el Axxón multimedia, esta vez también hay anuncios.
      Después de mucho, mucho, mucho bregar por parte de Eduardo, nos fue concedido el dominio axxon.com.ar. Pueden probar: ahora sí, es hora de que cambien sus links en todas partes del planeta Web. En nombre de Eduardo, quiero agradecer a aquellos que aportaron su granito de arena para que esto fuera posible.
      Los dejo con el editorial de Daniel.
 

(En este punto todos aplauden. Ahí va Daniel avanzando por el escenario. Lo hace rígidamente, evitando la mirada del público. Lleva una carpeta cargada de hojas, en lo que parece ser su discurso. Se enciende una pantalla holográfica que dice: "Carlos Daniel Joaquín Vázquez (Axxonita)- Escritor, ilustrador y ex-director de la revista Axxón". Alguien en el fondo grita ¡Grande Joaquinázquez!. Las luces se atenúan. La gente hace silencio... También él deja los papeles sobre una silla vacía, descartándolos, y se queda un momento quieto, con la mirada perdida…)

Yo también recuerdo especialmente aquel número 60. Esa vez, la tapa me tocaba a mí. Recuerdo que quería hacer "bolitas girando sobre bolitas", como si fuesen satélites que dejaran el rastro de su trayectoria. También recuerdo la música de Juan Kovak sonando a través del parlante de mi PC. Digo el parlante porque yo no tuve placa de sonido hasta mucho tiempo después. Así que escuchaba todo a través del "PC Speaker", en ese caso la música escrita por Juan, con un comienzo extremadamente rítmico. Recuerdo también la versión final en la tapa, y mi emoción cuando, en un acto con aire a "cortar la cinta de inauguración", Eduardo "cerró" el número y todos, ubicados alrededor de la máquina, vimos correr por primera vez ese número 60 de la revista, con la música saliendo por los parlantes del equipo de música de Eduardo, al que la PC estaba conectada... Yo tuve la sensación de que estábamos haciendo algo distinto.
      Ahora, que se duplicó esa cifra, Axxón 120 sale a la luz justamente cuando Eduardo no está en Buenos Aires. En una publicación mensual, estas diez docenas implicarían justamente diez años. Por lo tanto, este número debería haber salido hace mucho (Septiembre de 1999) y hoy iríamos, de haber respetado esa continuidad, por el 156.
      Paradójicamente, quien escribe estas líneas es uno de los responsables directos de ese atraso y apenas tiene que ver con la re-construcción y resurgimiento de esta revista. Las causas del retraso son claras: quienes heredamos la dirección no pudimos cumplir con el esfuerzo de mantener su regularidad. Y las causas del resurgimiento también son claras: Carletti volvió a tomar las riendas luego de su periodo sabático, esta vez acompañado de cerca por Alejandro Alonso.
      Pero quizá ese hueco no haya sido tan malo. Se perdió tiempo, sí, pero posiblemente haya servido para tomar la distancia necesaria y empezar a pergeñar este presente. En esta "nueva época", si podemos llamarla así, la clave pasó por la reformulación del sitio en la red, que ya existía pero era mucho más limitado, y la transformación de la misma revista desde su formato ejecutable (el cual igualmente extraño) al formato HTML. Si a la posibilidad de acceder en cualquier momento y ver crecer cada número (con los relatos de ficción, los portfolios de arte, las notas de divulgación, los ensayos, el Andernow) le sumamos aquellos ítems que se renuevan prácticamente cada día (Chiste e Imagen), El cuento elegido, la columna del taller literario y en especial las noticias de Joe Garrafex y los muy buenos informes del Zapping (otra vez Carletti), creo que tenemos una opción digna de ser visitada una y otra vez.
      Desde que comenzó esta nueva etapa muchas de nuestras expectativas se han ido alcanzando y rebasando. Mes a mes la cantidad de visitantes ha sido mayor. Casualmente en septiembre pasado los accesos a la página superaron por primera vez la marca de las doce mil visitas (12.000, cien veces 120), con un promedio diario mayor a cuatrocientas. Periódicamente, muchísimos viejos lectores que creían que la revista había desaparecido se reencontraron con ella. Muchos de ellos, y también muchos lectores nuevos, mantienen un contacto diario a través de la lista de correo de Axxón. Creo que ésa es la mejor realización de Aníbal Gómez de la Fuente, anterior director de la revista.

Éste es nuestro presente, con un sitio sano y vigoroso, con la regularidad recuperada, con presencia en nuevos soportes de información (no me quiero olvidar del trabajo que está haciendo Marcelo Huerta en la conversión para su lectura desde handhelds tipo Palm) que nos permiten llegar a cada vez más lectores, con una comunidad que participa a través de la lista Axxón aportando mensajes sobre temas que raramente tienen desperdicio, y gente que aporta lo suyo al taller literario virtual.

¿Qué extraño? El número ejecutable, ya lo dije. El formato HTML es poderoso, nos permite llegar más lejos y a más gente, pero carece de la ductilidad y potencia que la vieja revista había alcanzado. En estos tiempos, donde la publicación electrónica comienza a imponerse en manos de los grandes consorcios a partir de apenas un puñado de formatos de e-books, tomo todos esos viejos números de Axxón y no dudo en preferirlos, preguntándome qué hubiese pasado si su mentor los hubiese desarrollado con entero ánimo comercial y en otro país (en el verdadero "primer mundo"), más preocupado en difundir el soporte que en la excelencia del contenido.
      Otra cosa que extraño, y bastante, son las fabulosas tapas móviles de Axxón, la gran mayoría aportadas por Rodolfo Contín. También extraño el correo nutrido de esas épocas, cuando enviar un e-mail era mucho más difícil y al correo lo traía el cartero, en el que pululaban, en un océano de ideas, "cosas viscosas" y otros seres mitológicos. Además guardo la secreta esperanza de que vuelvan las secciones perdidas: "La Garrafa Virtual", "El Portal Fantástico", "Tour Macabro", "Infocórtex", "El rincón de las tinieblas", "Xanadu"... Incluso extraño las muy antiguas "Disquisiciones inocuas". Estoy dejando afuera a varias secciones y seguramente estoy olvidando a muchos, así es mi memoria.

¿Qué espero? No perder el ritmo ni el aire. Axxón es un emprendimiento no comercial y la situación, todos lo saben, es muy difícil. La idea es seguir creciendo. Conocer nuevos amigos. Continuar en la búsqueda de nuestro propio idioma y encontrar nuestra propia voz. Y ésta es otra cuestión que no quiero dejar pasar.
      Siempre tratamos de impulsar los temas que nos gustan desde nuestra óptica hispanoamericana. Creo que en este continente plagado de desigualdades y en tiempos donde éstas se hacen cada vez más evidentes, debe intentar, a través de nuestro propio idioma y nuestra propia visión, tañer la cuerda que nos toca, sin copiar a otros, sin guiarnos por las ideas que otros (que viven en otro espacio sociocultural muy diferente) tienen de nosotros e intentan imponernos como propias.
      Para que también a través de la fantasía, el terror y la ciencia ficción, el mundo escuche nuestra propia voz.

(Daniel se retira del escenario. Alguien levanta una copa y propone un brindis. ¡Salud!)

Alejandro Alonso y Carlos Daniel Joaquín Vázquez, 1 de noviembre de 2002

Aclaración previa Página Axxón Axxón 120