14/Nov/03 Científicos argentinos brillaron en el Vaticano: disertaron sobre el cerebro
(La Nación) "¿Existe un cerebro que aprende a hablar inglés, distinto del cerebro que aprende a hablar español? La respuesta es sí." Para la celebración de los 400 años de la Academia Pontificia de Ciencias fundada por Galileo Galilei en 1603, el especialista en neurociencias argentino, Antonio Battro, colaborador de La Nación, organizó un seminario sobre cerebro y educación, en el cual veinte expertos de primer nivel, de ocho países, se juntaron en el Vaticano para compartir sus preguntas y sus conocimientos científicos. La reunión tuvo lugar en la bellísima Casina Pío IV, palacio de arquitectura renacentista enclavado en los jardines vaticanos, que es sede de la Academia Pontificia de Ciencias, considerada la más antigua del mundo. Battro, que fue incorporado a ella hace un año, destacó en diálogo con La Nación el aporte de nuestro país durante el encuentro. Además de él, y del "canciller" de la Academia Pontificia de Ciencias, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, participaron en el seminario dos reconocidos investigadores argentinos: el doctor Fernando Vidal, que trabaja en el Max-Planck Institute de Berlín, y el profesor Daniel Cardinali, del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA. La madre de todas Fundada por Galileo en 1603, la Academia Pontificia de Ciencias es considerada la "madre de todas las academias". Cuenta con 80 miembros de 26 países de los cuales 30 son premios Nobel y, entre ellos, hay dos cardenales más que conocidos: el alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el ex arzobispo de Milán, Carlo María Martini, uno de los prelados más intelectuales de la Iglesia. Aunque vaticana, la academia se destaca por ser multicultural y multirreligiosa, y es considerada un ejemplo extraordinario de tolerancia. Vidal, que vino al seminario como historiador, en su presentación se encargó de brindar un background de lo que él llama "brainhood"; un neologismo que alude a la "calidad de ser cerebro, o cerebridad" de la persona. "La idea es que en nuestra cultura ser persona es tener cerebro. Si el cerebro de una persona A es trasplantado en el cuerpo de una persona B, no es B que recibe un nuevo órgano, sino A que gana un nuevo cuerpo", explicó. De ahí, la importancia de que las ciencias del cerebro y las ciencias de la educación colaboren en forma explícita en algo que se perfila como un nuevo campo: cerebro y educación. Se trata de un proyecto que no sería posible, si no hubiera existido un avance tecnológico que hoy permite visualizar imágenes del cerebro en movimiento. "Gracias a esas especies de cascos, de los que salen señales, hoy podemos estudiar al cerebro cuando está pensando, hablando, llorando o durmiendo. El siglo XXI es el siglo del cerebro", subrayó Vidal. Preguntas nuevas "Por primera vez, los educadores preguntan a la gente que hace neurociencia cosas que los neurocientíficos no se preguntaron, y esto va a mejorar el aprendizaje", agregó Battro, que destacó que, por lo general, "hay muchos prejuicios basados en el mal conocimiento del cerebro". Por ejemplo, se cree que no se puede aprender una segunda lengua después de 15 o 50 años, y no es cierto, aseguró. "Los educadores no hablan de esto, pero el cerebro es plástico", agregó. En el seminario, cuya presidenta honoraria fue la famosa científica italiana Rita Levi-Montalcini (premio Nobel), se discutió también sobre bilingüismo. "Si un chico aprende dos lenguas simultáneamente desde que nace el padre le habla en un idioma, y la madre, en otro, ese chico va a tener su cerebro organizado de tal manera que en la misma zona en que se procesa una lengua se procesa la otra. En cambio, si aprende primero un idioma, y unos años después aprende otro, se procesa en otra parte", explicó Battro. ¿Qué significa esto? "Que cuando se habla en inglés o en español, se usan distintas neuronas. De esto trata la plasticidad del cerebro. Aunque para uno lo importante es hablar bien inglés y español, al cerebro, que tiene muchos potreros, lo que le importa es ver si se le están ocupando todos", dijo el académico, contento por el relevante papel de la Argentina en el foro. |