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17/Nov/03

Libros recibidos: Cthulhu 2000



Título: Cthulhu 2000  
Autores:
Kim Newman, Bruce Sterling, 
 James P. Blaylock, Gene Wolfe, 
 Harlan Ellison, Poppy Z. Brite, 
 Ramsey Campbell, Michael Sea y 
 Roger Zelazny entre otros. 
Editorial:
La Factoría de Ideas 
Solaris Terror N°8, 2003 
367 páginas 
16,05 euros

 

 


Jim Turner, editor de la Arkham House y responsable de la recopilación de estos relatos, ha hecho aquí un notable trabajo de selección. Las antologías de cuentos escritos en la secuela de la obra de HPL abundan. Esta antología fue reunida con un criterio más sutil. "Relatos basados en los mundos de H.P. Lovecraft". Las palabras operativas son "basados en los mundos de". Hay aquí cuentos escritos por obvios seguidores del viejo hechicero de Providence, usando su cosmogonía, pero son los menos. Hay cuentos que mencionan un detalle u otro de su mitología, casi al pasar, o tienen un título alusivo. Muchos simplemente describen conflictos y universos que tienen... ¿cómo decirlo? Tienen el mismo tipo de distorsión, el mismo fascinado horror por el precario equilibrio de la realidad y la normalidad humanas en el borde de un inmenso universo desconocido y caótico, aunque expresen ese horror de otra manera. Son historias que HPL podría haberse interesado en contar, si las circunstancias hubiesen sido un poco diferentes.

En las tres categorías —seguidores, admiradores y, de alguna manera, almas gemelas—, hay en esta antología una mayoría de cuentos buenos y media docena, al menos, de excelentes relatos, incluyendo algunas auténticas joyas. Es un muy buen promedio para una antología. Y son todos muy distintos entre sí, mucho más de lo que suelen serlo los de las antologías de seguidores de Lovecraft. Algunos de los relatos están firmados por autores conocidos de ciencia ficción. De hecho el mejor relato del libro es una novela corta de Zelazny ganadora de un premio Hugo, que menciona sin embargo elementos de los mitos y que merece un párrafo aparte. Creo que, dentro de la herencia de los Mitos, es algo que hasta ahora no había visto, una auténtica renovación.

En la línea de los seguidores se lleva las palmas, en mi opinión, "H.P.L." una ucronía de Gahan Wilson, en la que Lovecraft vivió para ver el éxito de su obra... y algo más que el éxito. Narrada en primera persona por un joven escritor, fanático del viejo maestro, que lo visita en su casa y en sus creaciones, es tan convincente que pese a su tono más moderno, lo deja a uno hablando por un rato en el tono decimonónico del autor reverenciado. "El modem de Pickman", "El arcano filtro del amor", "La víbora" son cuentos breves que están llenos de alusiones al universo Lovecraftiano. Y hay un curioso cruce de líneas literarias, "El Pez Gordo" de Kim Newman, en el que la historia de la siniestra ciudad de Insmouth tiene una continuación digna de sus antecedentes a pocos días del ataque a Pearl Harbour, en una guerra secreta y oculta, pero que no puede dejar de pelearse, aún bajo la sombra urgente de la Segunda Guerra Mundial. El narrador y el entorno, sin embargo, vienen directamente de Chandler y el detective de "25 dólares al día" que atestigua los hechos y se los toma como se los habría tomado Philip Marlowe. El resultado de la cruza es, diría, un éxito. Excelente también "Los Barrens" de F. Paul Wilson, donde lo primitivo rural es tomado como positivo, como las raíces del personaje y que desde una narración de alguien obviamente fuerte y equilibrado llega sin embargo a una situación ineludiblemente Lovecraftiana (amén de la explícita mención de un cierto libro y una cierta Universidad).

Más sutil es el homenaje en otros cuentos. El relato de Johanna Russ tiene una similitud en las actitudes y un personaje descripto en términos que uno no puede dejar de asociar con una cara de expresión inmóvil, susurrando en las tinieblas. "La sombra en el umbral", de Blaylock, deja pistas tenues, alusiones y miedo: bien podría no estar pasando nada, excepto que uno puede creer que sea así. "La última Fiesta de Arlequín" trae de vuelta los pueblos aislados y decadentes, los cultos indescriptibles y el horror ante los parentescos inciertos de los cuentos de HPL ambientados en las zonas rurales de Nueva Inglaterra. "Señor de la Tierra", de Gene Wolfe también toma las cosas terribles que pueden pasar en el aislamiento del campo y la supervivencia de viejos, viejos dioses y lo hace con un estilo seco que, sorprendentemente, no hace menos eficaz el relato. La tercer categoría son parientes, no descendientes, del horror cósmico de Lovecraft. "Los rostros de Pines Dunes", una historia oscura, entre el bosque y el mar, con resonancias reconocibles. "Sobre la losa", de Harlan Ellison, también tiene ese aire de familia, como lo tiene también el relato de Copper "El pozo Número 247", pese a su ambiente, innegablemente de ciencia ficción.

¿Y que decimos de "Su boca sabrá a ajenjo"? ¿En que categoría está? Yo diría que es otra cruza. Esta vez con la obra de Anne Rice. Los personajes centrales se llaman Louis y Howard, y tienen una tal mezcla de spleen y pasión enfermiza, que uno no sabe a quién le recuerdan más. También están mezclados los dos tipos de, digamos, vampiros, o criaturas que son inmortales a fuerza de tomar la vida ajena. Vodoo, pantanos y antiguas criptas familiares. En mi opinión una buena cruza. De acuerdo, lo que Lovecraft sintetizaba como "indescriptible" y Rice maneja con tacto, está aquí lo bastante explícito como para darle al viejo maestro un infarto, pero este relato sigue pareciéndome una bella, aunque algo depravada, criatura de las tinieblas.

El cierre del libro es una joya. "24 vistas del monte Fuji, por Hokusai", de Zelazny es un relato increíblemente hermoso. Es tan oriental como las láminas cuyo nombre lleva y, sin embargo, es indudablemente ciencia ficción, puesto que el mal contra el que lucha el personaje no tendría posibilidad de existir en un universo no futurista. Menciona a R'lyeh y a los Mitos, pero es sólo un hilo en una trama compleja, que puede o no ser parte del núcleo. En fin, es lo mejor de cada casa.

Como habrán notado, el libro es largo, aunque, por la calidad de la mayoría de los relatos extensos, no se hace difícil de leer. Quizás por esa longitud, está impreso en un tipo de letra un poco chico como para ser enteramente cómodo. Por otra parte en el tipo de letra más común en el genero, quedaría un libro de 600 páginas que sería definitivamente incómodo de manejar, especialmente si uno pretende leerlo en un medio de transporte, o en un bar, o en la cama (no garantizo que después uno pueda dormir bien, estamos hablando de Lovecraft). Así que tal vez sea preferible una letra chica a un libro paquidérmico. Por lo demás una edición muy cuidada, una buena traducción, dibujos interiores, un mínimo de deslices de imprenta. Para los partidarios del género, absolutamente recomendable.

Mónica Torres para Axxón y Garrafex News.

Más información:
Cthulhu 2000
"Nómadas" y "Cthulhu 2000" en La Factoría de Ideas