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9/Nov/03

Triste final para el inventor de la computación

¿No sería maravilloso ser el hombre que inventó la computación? Gracias a la codicia, la ferocidad y la falta de ética y moral de poderosos intereses en conflicto, ser el inventor de la primera computadora no tuvo nada de maravilloso. Ésta es la historia de John Mauchly.

(Wired News) El artista de Philadelphia Jim Reed creció creyendo que todos tenían un abuelo que había inventado algo. Con lo cual, para él, su abuelo, John Mauchly, era una persona común, aunque una gran cantidad de personas le atribuyeran el crédito de haber inventado la computadora.

Reed recuerda estar mirando la transmisión por televisión de Neil Armstrong caminando en la Luna, en 1969. Mientras Armstrong avanzaba arrastrando los pies por la polvorienta superficie lunar, su abuelo recibía llamados telefónicos de gente que lo llamaba para felicitarlo porque sabía que sin las computadoras esa misión espacial hubiera sido imposible.

Pero Reed también recuerda un abuelo que estaba "deprimido, hostigado por una serie de batallas legales en relación con unas patentes, y atormentado por gigantescos intereses corporativos gubernamentales que iban a perder miles de millones de dólares si a este físico e ingeniero de veintitantos años se le otorgaba la patente de las computadoras".

"Era una persona que desbordaba creatividad y el inventor de la herramienta más revolucionaria del siglo —dijo Reed acerca de su abuelo—. ¿Cómo puede ser que haya terminado sin ningún tipo de compensación por sus años de trabajo y por la patente que perdió, y, como si todo esto fuera poco, desacreditado como el inventor (de la computadora)?"

"Porque tenemos un sistema jurídico que se nutre de los pleitos, por eso —dijo Reed—. Lo único que importa es ganar, con lo cual, si uno es inventor, más vale que se asocie con alguien que sea astuto y no tenga reparos éticos ni morales. La sociedad compensa solamente a los que tienen el poder para exigir una compensación."

John Mauchly, junto con J. Presper Eckert, fueron los inventores de la "Electronic Numerical Integrator and Computer" (ENIAC, Computadora e Integrador Numérico Electrónico), ampliamente considerada como la primera computadora electrónica apta para todo uso.

Armada en el sótano de la Facultad de Ingeniería Moore de la Universidad de Pennsylvania, la ENIAC era una máquina enorme y tremendamente complicada —ocupaba 1.800 pies cuadrados y pesaba 30 toneladas, con más de 1.700 válvulas de vacío—. Consumía 160 kilowatts de energía eléctrica, y cuando se la encendía, muchas veces provocaba una caída de tensión en la ciudad de Philadelphia.

Cuando fue dada a conocer, en 1946, la gente se preguntaba si una máquina realmente podía realizar las tareas computacionales tan bien como un ser humano, y si ese invento alguna vez iba a tener alguna otra aplicación que no fuera un uso científico altamente especializado. No caben dudas de que iba a tener otros usos, a juzgar por las interminables décadas de batallas legales en torno a la patente de esta máquina que dejaron a Mauchly acabado, tanto emocional como financieramente.

La primera batalla por la patente se produjo cuando a Mauchly y a Eckert se les pidió que transfirieran a la Universidad de Pennsylvania la patente de la ENIAC. Su negativa arrojó una sombra sobre sus carreras académicas e hizo que tuvieran que dejar la universidad, según lo relatado por Reed.

Mauchly y Eckert luego armaron su propia empresa, la Electronic Control Company, y construyeron la Binary Automatic Computer (BINAC, Computadora Automática Binaria), que fue la primera máquina en almacenar datos en una cinta magnética en lugar de una tarjeta perforada.

La Electronic Control Company pronto se convirtió en la Eckert-Mauchly Computer Corporation, y a la BINAC le siguió la Universal Automatic Computer (UNIVAC, Computadora Automática Universal), la primera computadora que fue fabricada comercialmente en los Estados Unidos. Se fabricaron cuarenta y seis UNIVACs. De hecho, la primera de todas las UNIVACs se construyó para la Oficina de Censos de los Estados Unidos. La UNIVAC luego fue utilizada para predecir los resultados de las elecciones presidenciales de 1952.

En 1950, Remington Rand adquirió Eckert-Mauchly y los derechos de la patente de la ENIAC, la cual luego fue cedida a Sperry Rand, como resultado de una fusión de Remington Rand y Sperry Corporation. Sperry Rand optó por exigir el pago de regalías a todos los desarrolladores de computadoras, y Honeywell —que luego pasó a ser IBM— se negó a pagar y presentó una demanda por prácticas monopólicas contra Sperry Rand y Mauchly, que todavía era el titular de la patente de la ENIAC.

El caso fue a juicio en junio de 1971. En abril de 1973, el Juez Earl Larson dictaminó que Honeywell había violado la patente de la ENIAC, pero determinó asimismo que la patente de la ENIAC no era válida, porque había sido presentada un año después de que la computadora pasara a ser de uso público y porque la ENIAC en parte era producto del trabajo realizado por John V. Atanasoff en la Universidad del Estado de Iowa.

En 1938 Atanasoff había desarrollado un prototipo de una computadora electrónica, que luego fue bautizada Atanasoff Berry Computer (ABC). Atanasoff y otros creían firmemente que el diseño de la ENIAC estaba basado en la ABC.

Pero muchos de los que apoyan a Mauchly, entre ellos Reed, creen que la ABC no era más que un prototipo, y que el juicio fue, según las palabras de Reed, "un intento deliberado por sabotear la patente" y lograr que el control pase de una persona a una compañía.

Mauchly falleció el 8 de enero de 1980, en Ambler, Pennsylvania. Tenía 72 años.

Reed, que era pintor, y su hermano William, uno de los propietarios del pub Standard Tap, de Philadelphia, decidieron hacer un documental para contar la historia de su abuelo. Mauchly: The Computer and the Skateboard ("Mauchly: la computadora y el skate") fue producida por Reed y por el cineasta de Philadelphia Paul David.

Mauchly, que había sido profesor de física en el Ursinus College, cerca de Philadelphia, antes de comenzar a trabajar en la ENIAC, muchas veces recorría a toda velocidad el salón de clases en un skate propulsado por motor a chorro hecho por él para demostrar las leyes del movimiento de Newton.

"Es raro que sean tan pocas las personas que saben de John Mauchly, ya que sin la ayuda de nadie cambió el mundo en el que vivimos —señaló David—. Obviamente, la política tiene que ver con eso, y existe una gran polémica en relación a quién inventó realmente la computadora."

"Pero después de cinco años de trabajar en este documental, no me queda ninguna duda. John Mauchly soñó con una máquina capaz de hacer cálculos de forma electrónica para ayudar a resolver problemas meteorológicos —no para ser aplicada a la balística, que fue el objetivo para el que se le asignaron fondos durante la guerra— y él fue el primero."

Reed y David trabajaron en estrecha relación con la viuda de Mauchly, Kay, que fue uno de los primeros programadores de computadoras del mundo. Durante la invención del programa de computación, Kate también se enamoró y se casó con el inventor de la computadora.

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